Jorge.
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![]() ![]() ¿Qué es el amor? Luz Elena Estrella Luna 3° B No. De lista: 16 Trate por todos los medios de poner atención a la clase de literatura pero no lo logre, siempre que creía que lo había conseguido, mi mente divagaba de nuevo. -¿Tobías? ¡Tobías! –me llamo el profesor haciéndome saltar en mi asiento -¿si profesor?- le pregunte yo pestañeando -te pregunte si escuchaste la tarea -no, lo lamento- me disculpe -acabo de explicarles que deben escribir una composición sobre lo que ustedes creen que es el amor, para dentro de 2 semanas- repitió Asentí, bueno no era mi tema favorito pero, era una tarea. Después de la escuela Ansel y yo caminamos de vuelta a casa, él vivía en la misma calle que yo y habíamos sido amigos desde que tengo memoria. -ya llegue- anuncie al entrar a mi casa -Tobías ¿puedes venir por favor?- me llamo mi madre desde la sala, deje mi mochila y me dirigí allí. Encontré a mis padres sentados en la sala con otra mujer de cabello castaño y ojos verdes, no sé porque, me parecía muy familiar. -quiero que conozcas a alguien- dijo mi padre haciendo un gesto con la mano para señalar a la mujer. Ella se levantó y dio dos pasos asía mí. -Tobías- sonrió y los ojos se le llenaron de lágrimas La conocía de otra parte pero ¿de dónde? Sus ojos eran tan familiares. -Ella es Caroline- la presento mi madre, hizo una pausa y dudo un segundo- ¿recuerdas que te dije… que tu madre biológica… te dio en adopción… a nosotros porque era mi amiga? Entonces las piezas encajaron, claro que tenía la impresión de conocerla, sus ojos eran tan familiares, porque los veía todos los días al mirarme al espejo, esa mujer era mi madre biológica. Ella avanzo hacia mí para abrazarme y yo retrocedí. -¿qué te pasa?- me pregunto como si nos hubiéramos visto esta mañana -¿qué hace ella aquí?- cuestione yo mirando a mis padres, sin haber respondido su pregunta. -quería verte- explico la mujer con voz inocente. Sus palabras resonaron en mi mente. -así que hoy despertaste, recordaste después de 16 años que tenías un hijo, y decidiste venir a verme- yo estaba tan enojado -no yo jamás te olvide, quiero saber de ti- ella avanzo de nuevo hacia mí y yo volví a retroceder. -pues yo no quiero saber nada de ti, no me interesa nada de lo que tu tengas que decir- camine hacia las escaleras para irme. -¡hijo!- me llamo. Me detuve en seco, ardí de ira y di media vuelta -¡¡no me llames así!!- Le grite- no tienes derecho a llamarme así, tú no eres mi madre. -tu no lo entiendes, yo tenía 17 años cuando tu llegaste- replico casi llorando. Sus lágrimas me enfurecieron aún más. -si fui un accidente ¿por qué querría yo saber algo de ti?-bufe- te quiero largo de mi vista, maldita bruja. -¡Tobías!- me reprendió mi madre que hasta ahora no había intervenido. Ni siquiera la mire. -No eres mi madre, no quiero oír una palabra más de ti, lo único que siento hacia ti es el más puro y autentico odio.- ni yo mismo reconocía mi voz inundada por la ira. Subí las escaleras ignorando los llamados de mis padres, entre en mi habitación y azote la puerta con tanta fuerza que hizo vibrar el vidrio de la ventana. Me acosté en la cama, me puse los auriculares y subí todo el volumen de la música. No baje a cenar y por la mañana baje de mi habitación en silencio, tome mi almuerzo de la cocina y bebí un vaso de leche sin pronunciar palabra, mis padres solo me miraron. Le conté a Ansel, lo que había pasado, no supo que decir y no lo culpo. Después de eso me concentre en las clases y me olvide de la tarde anterior. Cuando llegue a mi casa, luego de meditarlo un rato decidí que mis padres no tenían la culpa de nada ellos me habían cuidado toda la vida. Ayude con la cena y puse la mesa, afortunadamente nadie toco el tema y aunque seguía molesto sonreí y platique con ellos. Más tarde mi madre subió a mi habitación se sentó en una orilla de mi cama, y me dedico una sonrisa, la mire un segundo, ella y yo no nos parecíamos, era rubia y de ojos negros, y yo tenía el cabello castaño rojizo y los ojos verdes. Mi madre llevaba un pequeño cofre en las manos, que hasta ahora no había notado. -sé que ayer te molestaste y te entiendo pero la verdad es que tú no sabes toda la historia…- comenzó a decir, sí me habían dicho que yo era adoptado y que mi madre adoptiva y la biológica eran amigas, pero jamás me habían contado por que habían dado en adopción. -mama por favor no quiero discutir contigo.- la interrumpí -déjame terminar, creo que lo más justo para todos es que sepas ambos lados de la historia- me ofreció el pequeño cofre que tenía entre las manos. Lo tome y me quede mirándolo sin saber qué hacer. -tal como te dije, tu madre y yo… -no le digas así- volví a interrumpirla -…Caroline y yo-corrigió- éramos amigas, allí encontraras lo que necesitas saber- me dijo señalando con la barbilla el cofre.- después de leerlas si aún piensas igual no volveremos a tocar el tema. Dejo su dirección por si cambias de opinión Puso sobre el cofre una hoja de papel con una dirección escrita, luego se levantó, salió de mi cuarto y cerró la puerta. ¿Leerlas? ¿De que hablaba? Abrí el cofre y encontré varios sobres con cartas dirigidas a mi madre de una tal Caroline Parker. Todas enviadas en un lapso de 9 meses, la primera tenia fecha del 27 de agosto de 1998, la abrí y comencé a leerla: Kaytlin Hace un tiempo que no nos vemos espero que te encuentres bien porque yo no tanto, debo contarte algo, metí la pata… estoy embarazada. Ya se lo dije a Sam y sabes lo que me dijo; que era mi problema que ni siquiera sabía si el bebé era suyo. Es un idiota aunque ahora no me importa tanto eso, ¿qué demonios se supone que voy hacer con un bebé? Voy a cumplir 17 en un par de meses, no sé nada sobre cuidar un bebé. Por favor ayúdame porque no sé qué hacer. Caroline Por supuesto, eso me lo imaginaba, aunque esa mujer no podría ser amiga de mi madre de la escuela porque mis padres se casaron al graduarse me habían adoptado a los 22 cuando esa mujer tenía 17. Seguí leyendo la carta siguiente: Kaytlin: Odio esto, vomito cada 5 minutos, estúpido bebé ¿acaso no le gusta lo que como? Pero ya encontré como solucionarlo así que no me preocupare por esto nunca más. Busque una clínica que no necesita la autorización de un tutor para practicarme un aborto y solo necesito 200 dólares. Estoy haciendo un turno extra en la cafetería para juntar el dinero quiero deshacerme de este problema cuanto antes. En un par de semanas no abra existido, que bien que encontré esa alternativa, no podría haber vivido con eso. No planeaba arruinar mi vida por un estúpido accidente. Luego te escribiré de nuevo para contarte como salió todo. Te extraño espero verte pronto. Caroline El aire se escapó de mis pulmones, sabía que esperar pero aun así esto era abrumador. Sentí la sangre subir por mis mejillas igual que la tarde anterior apreté lo puños tan fuerte que me clave las uñas en las palmas. Arrugué el papel que tenía entre la manos lo arroje dentro del cofre y luego lo puse en el fondo de uno de los cajones. No recuerdo nada de las clases de ese día, no recuerdo haber dicho una sola oración, solo podía escuchar en mi mente las palabras de la carta; “esto”… “este problema”… “estúpido bebé”… “estúpido accidente” A la hora del almuerzo la pregunta de Ansel me sorprendió; -¿Cómo vas con la composición de literatura? -¿Qué?... ha sí, no muy bien, no me acordaba- le dije con voz distraída. Al término de la escuela, Ansel camino a mi lado en silencio, creo que noto que no estaba en mis 5 sentidos. -¡Tobías!- me llamo alguien a mis espaldas. Gire para ver quien me llamaba, y vi que era Caroline. Mi rostro se descompuso y se me fueron las palabras, Ansel se nos quedó mirando, primero a ella y luego a mí, mientras crecía su asombro. -¿acaso no escuchaste que no quería volver a verte?- le dije al encontrar la voz- ¿también eres sorda? -yo solo quería verte- respondió -¡haaa! Como puedes ser tan hipócrita, largo de mi vida- replique de nuevo. Ansel quedo en medio de la discusión sin saber qué hacer. -¿Por qué estás tan molesto?- me pregunto -tal vez me molesta ser solo el producto de tu lujuria y de tu estupidez- grite. Todos en el estacionamiento nos miraron. Ella no supo que decir, al parecer le confundió mi respuesta. -leí un par de las cartas que le mandaste a mi madre- explique -¿pero no las leíste todas verdad? -no fue necesario, las primeras dos decían bastante- respondí fulminándola con la mirada. Me di la vuelta y comencé a caminar a grandes zancadas antes de que ella pudiera decir algo, Ansel me siguió sin decir palabra por un buen rato. -¿ella era tu madre biológica?-me pregunto al fin -no, es la mujer que me dio a en adopción- le corregí -¿por qué le dijiste eso?- hablo como no queriendo -ayer mi madre me dio un cofre con unas carta que esa mujer le mando cuando estaba embarazada… leí dos y decían que ella iba a practicarse un aborto, además de contar con lujo de detalles su odio hacia mí. Ansel abrió la boca para decir algo pero volvió a cerrarla. -¿pero no leíste las demás? Es obvio que no completo el aborto, ¿no quieres saber por qué?- dijo después de un rato -no- respondí sin dudar- lo más seguro es que mi madre hubiera ido a verla para evitar que lo hiciera. Ansel no insistió más durante el trayecto. No le conté a mi madre sobre la visita de la escuela y al día siguiente no recibí a nadie inesperado así que al llegar de la escuela, decidí no pensar más en ese asunto encendí la computadora y trate de escribir la tarea de literatura, pero no dejaban de darme vuelta en la cabeza las palabras de Ansel, después de un par de horas solo había escrito el título. Me levante de la silla determinado a poner fin a esto, saque las cartas del cajón y después de respirar profundo empecé a leerlas. 19 de octubre de 1998 Kaytlin: No pude hacerlo, estaba sentada en el consultorio de la clínica y sentí que algo se movió en mi vientre, comencé a respirar más fuerte y cuando me llamaron al quirófano el corazón me latía tan rápido que creí que se me saldría del pecho. Tuve una sensación muy extraña, pero me puse la bata y me senté en la mesa, me lleve la mano al vientre y él se movió de nuevo, vi venir al doctor y decidí que no quería hacerlo, me zafé de las enfermeras y salí corriendo de ahí. No sé qué paso, pero sé que no puedo matar a este bebé, así que ahora tendré que enfrentar a mi madre, deséame suerte. Caroline 1 de noviembre de 1998 Kaytlin: Le dije a mi madre que estaba embarazada, me corrió de la casa. Creo que lo esperaba, una chica del trabajo me está dejando quedarme en su departamento, por suerte no duermo en la calle. Ahora espero que no me despidan de la cafetería cuando se me note más el embarazo, porque si lo hacen no voy a tener dinero ni para comer. Por el momento estoy yendo a una clínica comunitaria, el embarazo va bien pero aún no sé qué va a ser. Espero que las cosas estén mejor para ti. Caroline 25 de diciembre de 1998 Feliz navidad Kaytlin: Adivina que… ya sé que va ser el bebé, será niño. ¡¡Voy a tener un pequeño niño!! Solo espero que no se parezca a su padre, estoy feliz por eso para variar. Últimamente, me he sentido un poco más mal de lo común, además a mi amiga y mi nos corrieron del edificio por no pagar la renta, mi amiga fue a vivir con su novio pero yo me estoy quedando en un alberge, por cierto gracias por el regalo que me mandaste. En un par de semanas cuando junte algo de dinero iré a ver al doctor para saber que sucede, y por ahora me temo que no podre escribirte hasta que mi situación mejore. Feliz año nuevo, te quiero. Caroline 2 de marzo de 1999 Kaytlin: Estoy muy asustada, el doctor me ha dicho que por no haber tenido los cuidados necesarios puede haber complicaciones, aun si llego sana al parto no es seguro que todo salga bien. Debo pedirte un enorme favor, necesito que asistas el día del nacimiento, si debe tomarse una decisión, tú la tomaras, si hay que escoger debes salvar a mi bebé. No lo dudes ni un segundo. También en caso de que algo suceda te nombre el tutor legal de mi hijo, te pido que te hagas cargo de él, por favor, sé que siempre has querido un hijo y que lo cuidaras bien Sé que lo que pido tal vez es demasiado pero te ruego que cuides de él. Al principio no sabía que quería a este bebé, hasta que tuve que pelear por él, y ahora sé que lo amo más que a nada en este mundo. Espero tu respuesta. Caroline La última carta no estaba dirigida a mi madre no tenía estampillas ni dirección solo decía mi nombre en el sobre: Tobías: Si estás leyendo esto, Kaytlin debe creer que eres lo suficientemente mayor para entenderlo ¡te amo tanto mi niño! No podía dejar que tú vivieras lo mismo que yo, hubo días que no tenía dinero ni para comer, estaba tan asustada cuando el doctor me dijo que podía perderte, todo era mi culpa. Sé que Kaytlin y Jason te cuidaran muy bien, tú tendrás tres cosas que yo nunca tuve; un hogar, alguien que te diga que te ama y alguien que pelee por ti siempre, tendrás una familia. Yo no le confiaría la vida de mi hijo a nadie más, me duele tanto dejarte pero es lo mejor, no dejare que nadie te lastime, ni siquiera yo. Que seas feliz mi niño. Las lágrimas se desbordaron de mis ojos y mojaron el papel que tenía en las manos, me levante de la cama y busque por todos lados la hoja con la dirección de Caroline, la encontré en el cesto de basura. Salí de mi casa y cruce la ciudad corriendo hasta llegar al hotel que decía el papel, me ardían lo pulmones pero no me detuve subí las escaleras a toda velocidad y toque la puerta de la habitación número 64. Ella abrió la puerta, se sorprendió de verme, yo la abrace lo más fuerte que pude y llore. -lo siento… lo lamento… lo siento mucho- balbuce entre las lagrimas -está bien mi niño, está bien- me consoló abrazándome más fuerte aun. No me reprocho nada, no se molestó, perdono todo lo que le dije, como injustamente la trate. Solo me abrazo. En cuanto a la tarea de literatura, termine escribiendo algo así; “El otro día vi una pequeña avecilla de bellos colores que entonaba un melódico canto, era la criatura más hermosa que había visto. Quise poseerla, quise que fuera mía y trate de atraparla. Pero me di cuenta de algo, y me pregunte ¿quién era yo para retenerla? Después de todo ¿no era su libertad lo que me gustaba? Su fuerza, al jamás titubear cuando volaba por los aires ¿no me parecían hermosos los destellos que arrancaba el sol al plumaje de sus alas al cruzar el cielo? Además si trataba de atraparla podría lastimarla, moriría en mis manos por mi egoísmo. Así que decidí dejarla libre y en cambio regresar al lugar donde la había visto, a admirarla cada tarde. Ella era feliz siendo libre y por tanto yo también. Me preguntaron ¿qué es el amor? Creí saberlo y cuando tuve frente a mí la prueba de amor más grande no supe recocerla. Pero si algo aprendí es que no hay amor más grande en todo el mundo que el que siente una madre por su hijo, algunas veces desde el primer momento en que lo saben y otras veces transcurrido un tiempo. Aprendí que las palabras no podrían expresar la felicidad de una mujer cuando siente a su bebé moverse en el vientre, es increíble cómo puede alguien crear a un pequeño humano durante nueve meses y amarlo más que a nada, tanto como para dejarlo ir, si eso es lo mejor. Aprendí que el amor es ser feliz cuando alguien que te importa lo es, aun cuando esa felicidad la encuentra lejos de ti. Aprendí que cuando se ama se perdona, y no se juzga. Ahora se amar incondicionalmente” |
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